La carambola es una fruta exótica muy cotizada en los mercados internacionales, conocida popularmente como "fruta estrella" o "star fruit".
Pertenece a la familia de las Oxalidáceas. Además, en función de su procedencia, recibe distintos nombres: en la República Dominicana, "cinco dedos"; en Costa Rica, "tiriguro"; en Brasil, "caramboleiro" y en Venezuela, "tamarindo chino" o "tamarindo dulce". Es una fruta con una forma muy bonita, de gran empleo en la decoración de diversos platos exquisitos.
ORIGEN Y VARIEDADES
La carambola es una fruta originaria y propia de Indonesia y Malasia. Su cultivo se ha extendido a otros países tropicales de Asia y América. Los principales países productores hoy en día son Tailandia, Brasil, Colombia y Bolivia.
La carambola y el bilimbín, ambas frutas de formas similares, son las dos únicas variedades que producen las plantas que pertenecen a la familia de las Oxalidáceas.
SU MEJOR ÉPOCA
Podemos encontrarla en nuestros mercados todo el año.
CARACTERÍSTICAS
Forma: tiene una forma muy curiosa, ovalada, alargada, con cinco aristas o alas y, al corte, de estrella de cinco puntas.
Tamaño y peso: es de pequeño tamaño, con una longitud que oscila entre 7 y 12 centímetros.
Color: tiene una piel fina, lustrosa y comestible, de color entre verde o dorado y amarillo-anaranjado cuando está madura. La pulpa es crujiente, de suave textura y amarilla vidriosa.
Sabor: la pulpa tiene pocas o ninguna semilla, es abundante, crujiente, jugosa y con un fino sabor agridulce. Los frutos grandes de la carambola son más sabrosos y dulces que los más pequeños, con un sabor más agridulce.
CÓMO ELEGIRLA Y CONSERVARLA
Para comprobar que está madura, nos fijaremos en su color y en los cantos. Si la fruta tiene un color entre amarillo y anaranjado y los cantos están algo oscurecidos, quiere decir que la fruta está madura.
Es preferible conservarla en un lugar fresco, lejos del contacto directo con la luz del sol. Si al comprarla aún esta verde, se debe dejar a temperatura ambiente (20ºC). Una vez madura, se recomienda guardar la carambola en la nevera, donde se conserva en óptimas condiciones hasta dos o tres semanas a una temperatura no inferior a 5ºC.
PROPIEDADES NUTRITIVAS
Su componente mayoritario es el agua. Contiene pequeñas cantidades de hidratos de carbono simples y aún menores de proteínas y grasas, por lo que su valor calórico es muy bajo.
La pulpa de la carambola es rica en oxalato de calcio y fibra soluble.
Contiene una cantidad moderada de provitamina A y de vitamina C.
En cuanto a minerales, destaca su contenido en potasio.
La provitamina A o beta caroteno se transforma en vitamina A en nuestro organismo conforme éste lo necesita. Dicha vitamina es esencial para la visión, el buen estado de la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. La vitamina C interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos rojos y favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones. Ambas vitaminas, cumplen además una función antioxidante.
El potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.
En menor proporción se encuentran ciertas vitaminas del grupo B y minerales como el calcio, de peor aprovechamiento que el que procede de los lácteos u otros alimentos que son buena fuente de dicho mineral.
EN RELACIÓN CON LA SALUD
La carambola es una fruta dulce, refrescante y con una forma muy original. Por su apariencia, propiedades nutritivas y aporte de sustancias de acción antioxidante, aliadas de nuestra salud, su consumo es muy recomendable para los niños, los jóvenes, los adultos, los deportistas, las mujeres embarazadas o madres lactantes y las personas mayores.
Por su aporte de provitamina A y vitamina C, se recomienda su consumo a toda la población y, especialmente, a quienes tienen un mayor riesgo de sufrir carencias de dichas vitaminas: personas que no toleran los cítricos, el pimiento u otros vegetales, que son fuente casi exclusiva de vitamina C en nuestra alimentación; para quienes deben llevar a cabo una dieta baja en grasa, y por tanto con un contenido escaso de vitamina A, o para personas cuyas necesidades nutritivas están aumentadas. Algunas de estas situaciones son: periodos de crecimiento, embarazo y lactancia materna. Así mismo, el tabaco, el abuso del alcohol, el empleo de ciertos medicamentos, el estrés, la actividad física intensa, el cáncer y el Sida, las pérdidas digestivas originadas por vómitos o diarreas y las enfermedades inflamatorias crónicas disminuyen el aprovechamiento y producen mala absorción de nutrientes.
Las vitaminas A y C, como antioxidantes, contribuyen a reducir el riesgo de múltiples enfermedades, entre ellas, las cardiovasculares, las degenerativas e incluso el cáncer.
Su contenido de fibra soluble le confiere propiedades laxantes.
Además, por su bajo contenido de hidratos de carbono, riqueza en potasio y bajo aporte de sodio, resultan muy recomendables para aquellas personas que sufren de diabetes, hipertensión arterial o afecciones de vasos sanguíneos y corazón. Su contenido de potasio deberán tenerlo en cuenta las personas que padecen de insuficiencia renal y que requieren de dietas especiales controladas en este mineral.
Por su riqueza en oxalato de calcio su consumo no conviene en caso de litiasis renal (cálculos oxalato cálcicos).
CURIOSIDADES
Los cantos que sobresalen de la carambola se oscurecen a los pocos días de tenerlas en casa. Esto supone un afeamiento en su aspecto externo, pero no afecta en absoluto el sabor de la fruta. Para solucionarlo basta con cortarlos con un cuchillo.
CÓMO PREPARARLA
Su preparación es sencilla y no es preciso pelarla. Se lava y se corta en rodajas. Su forma es muy decorativa para ensaladas de fruta, y su ligera acidez la hace una fruta refrescante. También se utiliza en la elaboración de batidos y refrescos de sabor tropical e incluso en la preparación de jaleas y mermeladas.
ALGUNAS RECETAS
Tarde de carambola
Para la masa:
1 1/4 taza de harina
1/4 cucharilla de sal
3 cdas. de azúcar
1/2 y 2 cdas. + de mantequilla sin sal, fría
1 yema de huevo
1 1/2 cdas. o lo necesario, de agua
Combinar harina, sal y azúcar en un bol. Cortar la mantequilla en trocitos y mezclar los ingredientes hasta que la mezcla tenga la consistencia de hojuelas de avena. Combinar en un bol pequeño la yema y 1 1/2 cdas. de agua. Añadir esta mezcla a la harina con un tenedor, y distribuir de manera uniforme. La masa debe sentirse humedecida, si está muy seca añadir unas gotas más de agua. Armar una bola de masa. La manera más fácil de distribuirla es en piezas del tamaño de una nuez, que irán forrando una tartera mediana, hay que cuidar que no queden agujeros y que la masa se esparza parejo. (Si se desa estirar con fuslero, hay que envolverla en plástico y dejarla enfriar en la heladera por una hora). Pinchar con tenedor, cubrir con papel aluminio bien pegado a la masa y hornear a 220 C 8 minutos, quitar el aluminio y continuar el horneado hasta que la masa esté dorada.
Para el relleno:
6 carambolos
el zumo de 1 limón y su cáscara
2 tazas de azúcar
1/2 taza de agua
2 huevos
1/2 taza de crema
pizca de sal
1/2 taza de dulce de albarillo o mermelada de albaricoque (es lo mismo)
Rallar la cáscara del limón y exprimir su zumo. Se necesita más o menos 1/3 de taza de zumo de limón. Lavar y cortar los carambolos a lo ancho, en rodajas de 1 cm de grueso. Sacar las semillas.
Combinar 1 1/2 tazas de azúcar con el agua en una olla (no de cobre por el ácido) para hacer un almíbar a fuego medio hasta alcanzar punto bolita (cuando se levanta una gota de almíbar y se la deja en un vaso con agua fría, debería convertirse en una bolita blanda de caramelo transparente). Añadir las rodajas de carambola y volver a ebullición. Sacar del fuego y dejar reposar al menos 1 hora. (se puede hacer la masa mientras tanto)
Precalentar el horno a medio. En un bol, batir el jugo de limón, la cáscara, el azúcar restante y los huevos. Añadir la crema y la sal. Colocar en la masa para tarta, ya horneada y fría, y regresar al horno. Sólo tiene que cuajar, unos 20 min. a lo sumo. Dejar enfriar a temperatura ambiente.
Levantar con cuidado las rodajas de carambola y colocarlas sobre el relleno, dos tenedores ayudan. En una ollita combinar 1/4 del almíbar con el dulce de albarillo y hervir hasta que espese. Si se desea, colarlo.
Con una brocha, glasear las rodajas con esta mezcla. Servir rapidísimo. Es un manjar que vale la pena el tiempo de preparación, y mucho.
Pertenece a la familia de las Oxalidáceas. Además, en función de su procedencia, recibe distintos nombres: en la República Dominicana, "cinco dedos"; en Costa Rica, "tiriguro"; en Brasil, "caramboleiro" y en Venezuela, "tamarindo chino" o "tamarindo dulce". Es una fruta con una forma muy bonita, de gran empleo en la decoración de diversos platos exquisitos.
ORIGEN Y VARIEDADES
La carambola es una fruta originaria y propia de Indonesia y Malasia. Su cultivo se ha extendido a otros países tropicales de Asia y América. Los principales países productores hoy en día son Tailandia, Brasil, Colombia y Bolivia.
La carambola y el bilimbín, ambas frutas de formas similares, son las dos únicas variedades que producen las plantas que pertenecen a la familia de las Oxalidáceas.
SU MEJOR ÉPOCA
Podemos encontrarla en nuestros mercados todo el año.
CARACTERÍSTICAS
Forma: tiene una forma muy curiosa, ovalada, alargada, con cinco aristas o alas y, al corte, de estrella de cinco puntas.
Tamaño y peso: es de pequeño tamaño, con una longitud que oscila entre 7 y 12 centímetros.
Color: tiene una piel fina, lustrosa y comestible, de color entre verde o dorado y amarillo-anaranjado cuando está madura. La pulpa es crujiente, de suave textura y amarilla vidriosa.
Sabor: la pulpa tiene pocas o ninguna semilla, es abundante, crujiente, jugosa y con un fino sabor agridulce. Los frutos grandes de la carambola son más sabrosos y dulces que los más pequeños, con un sabor más agridulce.
CÓMO ELEGIRLA Y CONSERVARLA
Para comprobar que está madura, nos fijaremos en su color y en los cantos. Si la fruta tiene un color entre amarillo y anaranjado y los cantos están algo oscurecidos, quiere decir que la fruta está madura.
Es preferible conservarla en un lugar fresco, lejos del contacto directo con la luz del sol. Si al comprarla aún esta verde, se debe dejar a temperatura ambiente (20ºC). Una vez madura, se recomienda guardar la carambola en la nevera, donde se conserva en óptimas condiciones hasta dos o tres semanas a una temperatura no inferior a 5ºC.
PROPIEDADES NUTRITIVAS
Su componente mayoritario es el agua. Contiene pequeñas cantidades de hidratos de carbono simples y aún menores de proteínas y grasas, por lo que su valor calórico es muy bajo.
La pulpa de la carambola es rica en oxalato de calcio y fibra soluble.
Contiene una cantidad moderada de provitamina A y de vitamina C.
En cuanto a minerales, destaca su contenido en potasio.
La provitamina A o beta caroteno se transforma en vitamina A en nuestro organismo conforme éste lo necesita. Dicha vitamina es esencial para la visión, el buen estado de la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. La vitamina C interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos rojos y favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones. Ambas vitaminas, cumplen además una función antioxidante.
El potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.
En menor proporción se encuentran ciertas vitaminas del grupo B y minerales como el calcio, de peor aprovechamiento que el que procede de los lácteos u otros alimentos que son buena fuente de dicho mineral.
EN RELACIÓN CON LA SALUD
La carambola es una fruta dulce, refrescante y con una forma muy original. Por su apariencia, propiedades nutritivas y aporte de sustancias de acción antioxidante, aliadas de nuestra salud, su consumo es muy recomendable para los niños, los jóvenes, los adultos, los deportistas, las mujeres embarazadas o madres lactantes y las personas mayores.
Por su aporte de provitamina A y vitamina C, se recomienda su consumo a toda la población y, especialmente, a quienes tienen un mayor riesgo de sufrir carencias de dichas vitaminas: personas que no toleran los cítricos, el pimiento u otros vegetales, que son fuente casi exclusiva de vitamina C en nuestra alimentación; para quienes deben llevar a cabo una dieta baja en grasa, y por tanto con un contenido escaso de vitamina A, o para personas cuyas necesidades nutritivas están aumentadas. Algunas de estas situaciones son: periodos de crecimiento, embarazo y lactancia materna. Así mismo, el tabaco, el abuso del alcohol, el empleo de ciertos medicamentos, el estrés, la actividad física intensa, el cáncer y el Sida, las pérdidas digestivas originadas por vómitos o diarreas y las enfermedades inflamatorias crónicas disminuyen el aprovechamiento y producen mala absorción de nutrientes.
Las vitaminas A y C, como antioxidantes, contribuyen a reducir el riesgo de múltiples enfermedades, entre ellas, las cardiovasculares, las degenerativas e incluso el cáncer.
Su contenido de fibra soluble le confiere propiedades laxantes.
Además, por su bajo contenido de hidratos de carbono, riqueza en potasio y bajo aporte de sodio, resultan muy recomendables para aquellas personas que sufren de diabetes, hipertensión arterial o afecciones de vasos sanguíneos y corazón. Su contenido de potasio deberán tenerlo en cuenta las personas que padecen de insuficiencia renal y que requieren de dietas especiales controladas en este mineral.
Por su riqueza en oxalato de calcio su consumo no conviene en caso de litiasis renal (cálculos oxalato cálcicos).
CURIOSIDADES
Los cantos que sobresalen de la carambola se oscurecen a los pocos días de tenerlas en casa. Esto supone un afeamiento en su aspecto externo, pero no afecta en absoluto el sabor de la fruta. Para solucionarlo basta con cortarlos con un cuchillo.
CÓMO PREPARARLA
Su preparación es sencilla y no es preciso pelarla. Se lava y se corta en rodajas. Su forma es muy decorativa para ensaladas de fruta, y su ligera acidez la hace una fruta refrescante. También se utiliza en la elaboración de batidos y refrescos de sabor tropical e incluso en la preparación de jaleas y mermeladas.
ALGUNAS RECETAS
Tarde de carambola
Para la masa:
1 1/4 taza de harina
1/4 cucharilla de sal
3 cdas. de azúcar
1/2 y 2 cdas. + de mantequilla sin sal, fría
1 yema de huevo
1 1/2 cdas. o lo necesario, de agua
Combinar harina, sal y azúcar en un bol. Cortar la mantequilla en trocitos y mezclar los ingredientes hasta que la mezcla tenga la consistencia de hojuelas de avena. Combinar en un bol pequeño la yema y 1 1/2 cdas. de agua. Añadir esta mezcla a la harina con un tenedor, y distribuir de manera uniforme. La masa debe sentirse humedecida, si está muy seca añadir unas gotas más de agua. Armar una bola de masa. La manera más fácil de distribuirla es en piezas del tamaño de una nuez, que irán forrando una tartera mediana, hay que cuidar que no queden agujeros y que la masa se esparza parejo. (Si se desa estirar con fuslero, hay que envolverla en plástico y dejarla enfriar en la heladera por una hora). Pinchar con tenedor, cubrir con papel aluminio bien pegado a la masa y hornear a 220 C 8 minutos, quitar el aluminio y continuar el horneado hasta que la masa esté dorada.
Para el relleno:
6 carambolos
el zumo de 1 limón y su cáscara
2 tazas de azúcar
1/2 taza de agua
2 huevos
1/2 taza de crema
pizca de sal
1/2 taza de dulce de albarillo o mermelada de albaricoque (es lo mismo)
Rallar la cáscara del limón y exprimir su zumo. Se necesita más o menos 1/3 de taza de zumo de limón. Lavar y cortar los carambolos a lo ancho, en rodajas de 1 cm de grueso. Sacar las semillas.
Combinar 1 1/2 tazas de azúcar con el agua en una olla (no de cobre por el ácido) para hacer un almíbar a fuego medio hasta alcanzar punto bolita (cuando se levanta una gota de almíbar y se la deja en un vaso con agua fría, debería convertirse en una bolita blanda de caramelo transparente). Añadir las rodajas de carambola y volver a ebullición. Sacar del fuego y dejar reposar al menos 1 hora. (se puede hacer la masa mientras tanto)
Precalentar el horno a medio. En un bol, batir el jugo de limón, la cáscara, el azúcar restante y los huevos. Añadir la crema y la sal. Colocar en la masa para tarta, ya horneada y fría, y regresar al horno. Sólo tiene que cuajar, unos 20 min. a lo sumo. Dejar enfriar a temperatura ambiente.
Levantar con cuidado las rodajas de carambola y colocarlas sobre el relleno, dos tenedores ayudan. En una ollita combinar 1/4 del almíbar con el dulce de albarillo y hervir hasta que espese. Si se desea, colarlo.
Con una brocha, glasear las rodajas con esta mezcla. Servir rapidísimo. Es un manjar que vale la pena el tiempo de preparación, y mucho.