La espelta es un tipo de trigo que por su alto contenido en gluten resulta muy adecuada para la elaboración de pasta.
La espelta (Triticum Spelta y Triticum Diccocum) es una subespecie del trigo que tiene miles de años de antigüedad. A diferencia del trigo común, posee una cáscara más difícil de eliminar pero un mayor contenido de carbohidratos, proteínas, ciertas vitaminas, minerales y fibra.
Su origen
Existen diferencias de opinión respecto al origen de la espelta, ya que algunos lo sitúan en Irán, mientras que otros dicen que este cereal es originario de la región iraní y del sureste de Europa. Al parecer, su cultivo se extendió desde Oriente, en la Edad de Bronce, a través de los Balcanes, de Europa y del Cáucaso.
Se sabe que en la edad media el pan de espelta era de consumo habitual entre las clases más ricas, mientras que los más pobres tomaban pan de centeno. Ya en el siglo XIX, el cultivo de espelta fue decreciendo progresivamente, en parte debido a su más baja producción, en comparación con el trigo común, y a la necesidad de descascarillar (quitar la envoltura, fina y quebradiza) mecánicamente del grano antes de la molienda.
En la última década, la popularidad de la espelta ha ido en aumento gracias al reconocimiento de sus cualidades nutricionales y gastronómicas. Además, existen ventajas en cuando a su producción, ya que su particular cáscara favorece la germinación en óptimas condiciones, protegiendo muy bien, además, al grano frente a los contaminantes del suelo e insectos. Esto permite que en su cosecha se pueda prescindir de pesticidas, además de que requiere poco o nada de fertilizante, lo que la hace idónea para la agricultura ecológica.
En Europa, la espelta crece sobre todo en las montañas de España, Austria, Suiza y Alemania, y los principales países productores de este cereal son, en la actualidad, Alemania y Suiza.
Cualidades de las pasta de espelta
Con la harina de espelta se producen distintas variedades de pasta como fideos, macarrones o espaguetis. Todas ellas tienen como característica distintiva respecto a las que se elaboran con trigo común su mayor aporte nutricional. En concreto, contienen mayor cantidad de carbohidratos, fibra, proteínas, vitaminas B1 y B2 y ciertos minerales como el cinc.
Los carbohidratos (almidón) son los nutrientes más abundantes, de ahí que la pasta de espelta sea un alimento esencialmente energético. El contenido medio de proteínas es aproximadamente de un 15%, las cuales son de alto valor biológico, a diferencia de otros cereales cuya proteína es deficitaria en lisina (aminoácido esencial). En cuanto a la grasa, ésta se presenta en muy baja cantidad. No obstante, cuando se hace referencia a este nutriente hay que tener en cuenta la elaboración del plato. Por ejemplo, unos espaguetis de espelta elaborados de la forma más sencilla y acompañados de salsa de tomate apenas contienen grasa. Sin embargo, si a esos espaguetis se les añade queso o nata, el contenido graso se dispara debido a dichos ingredientes. En cuanto a su aporte de vitaminas destacan la B1 y la B2. Finalmente, de sus minerales sobresalen el potasio, el magnesio y el cinc.
Recomendaciones de consumo
Se aconseja incluir pasta entre dos y cuatro veces por semana en sopas, como plato principal o como guarnición de segundos. La pasta es un alimento muy recomendable en la dieta habitual de cualquier persona, y en especial para quienes necesitan un mayor aporte energético como ocurre en la niñez, la adolescencia y en personas que tienen un gran desgaste físico.
Asimismo, en determinadas enfermedades y en situaciones de convalecencia, se requiere aumentar el aporte energético, por lo que la pasta de espelta es un buen alimento para conseguirlo. Por último, por su contenido de gluten, quienes tienen enfermedad celiaca deberán abstenerse de su consumo.