CALABACÍN



El calabacín es una hortaliza que pertenece a la familia de las Cucurbitáceas. Esta familia comprende unas 850 especies de plantas, en su mayoría herbáceas, trepadoras o rastreras, que producen frutos grandes y protegidos por una corteza firme. Frutas tales como la sandía y el melón pertenecen a esta misma familia, junto con hortalizas tan comunes como el pepino o la calabaza.

ORIGEN Y VARIEDADES

El origen del calabacín no es bien conocido. No se sabe con seguridad si procede de Asia Meridional o de América Central. Lo que sí se conoce es que es una planta cultivada en todas las regiones cálidas de la Tierra desde tiempo inmemorial. Existen pruebas de que esta hortaliza ya era consumida por los egipcios y, más tarde, por griegos y romanos. Sin embargo, fueron los árabes quienes extendieron su cultivo por las regiones mediterráneas, donde se convirtió en un alimento de consumo habitual en la Edad Media. En las zonas del norte de Europa, su consumo fue más tardío y no tuvo lugar hasta la II Guerra Mundial.

En la actualidad, su consumo está muy extendido en todos los países del Mediterráneo, así como en Holanda y Norteamérica. Marruecos, Italia y España son los principales países productores.

Dentro de la especie Cucurbita pepo se pueden distinguir dos subespecies; ovífera y pepo. A ésta última pertenece el calabacín.

Pepo: son frutos de forma esférica y gran tamaño, de color amarillo o anaranjado y sabor dulce.

Ovífera: su forma es variable y su tamaño entre mediano y pequeño. Poseen un sabor amargo.

Existe también un tipo de calabacín denominado "minicalabacín", si bien no se puede considerar como una variedad más porque se trata de un calabacín de recolección muy temprana.

Los calabacines pueden clasificarse en dos grupos en función de su color:

Calabacín tipo oscuro: su color es verde o negro y su forma cilíndrica. Incluye diferentes clases de calabacín: sofía y samara.

Sofía:de color verde medio.

Samara:de color negro brillante.

Calabacín tipo claro:los frutos son de color gris o gris verdoso. Dentro de esta variedad también existen distintos tipos:

Grison::variedad de calabacín verde claro con puntos grises.

Clarita:variedad de color verde muy claro.

SU MEJOR ÉPOCA

El calabacín es una hortaliza de verano aunque se puede adquirir durante todo el año. Sin embargo, los ejemplares más sabrosos son los que se recogen entre los meses de julio y septiembre. Es una hortaliza que se recolecta tierna, sin haber alcanzado su tamaño definitivo.

CARACTERÍSTICAS

Forma: alargada, aunque también puede ser esférica.

Tamaño y peso:su tamaño ideal es de catorce a veinte centímetros, pero puede alcanzar los cuarenta. Su ronda los 200 y 300 gramos.

Color: el color de su piel es variable. Puede ser amarilla, verde clara, oscura o incluso negra. Algunas variedades presentan puntos grises. Su carne siempre es blanca.

Sabor: algo amargo, aunque con un ligero toque dulce.

CÓMO ELEGIRLO Y CONSERVARLO

Cuando se compran calabacines deben seguirse diferentes criterios de calidad. Se elegirán aquellos ejemplares que sean firmes al tacto, compactos, pequeños o medianos, sin manchas en la piel y pesados en relación con su tamaño.

Es aconsejable rechazar calabacines grandes porque suelen tener demasiadas pepitas y una carne menos tierna.

La intensidad del verde que presente su piel no influye en la calidad de la pieza, ya que éste depende de la variedad a la que pertenezca el calabacín.

El calabacín puede conservarse en el frigorífico en buenas condiciones durante unas dos semanas. El etileno, sustancia gaseosa que segregan en mayor proporción ciertos vegetales durante su maduración, confiere sabores amargos al calabacín. Por ésta razón, no han de almacenarse junto a frutas que producen este gas durante su almacenamiento tales como plátanos, melones, melocotones..., para evitar así la aparición de sabores amargos.

También se pueden conservar los calabacines congelados, siempre que con anterioridad se escalden en agua hirviendo durante unos tres o cinco minutos.

PROPIEDADES NUTRITIVAS

El calabacín pertenece a la misma especie que la calabaza. Sin embargo, presenta propiedades nutritivas propias. Su principal componente es el agua, seguido de los hidratos de carbono y pequeñas cantidades de grasa y proteínas. Todo esto, unido a su aporte moderado de fibra, convierte al calabacín en un alimento de bajo aporte calórico, idóneo para incluir en la dieta de personas con exceso de peso.

En relación con su contenido vitamínico, destaca la presencia discreta de folatos, seguido de la vitamina C. También contiene vitaminas del grupo B como B1, B2 y B6, pero en menores cantidades. La calabaza se caracteriza por su alto contenido en beta-carotenos (provitamina A), algo que no ocurre con el calabacín.

Los folatos intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis del material genético y en la formación de anticuerpos del sistema inmunológico.

En la acelga, el mineral más abundante con diferencia es el potasio. Sin embargo, esta verdura destaca respecto al resto por su mayor contenido en magnesio, sodio (responsable en parte de su marcado sabor), yodo, hierro y calcio, estos dos últimos de peor aprovechamiento que los que proceden de los alimentos de origen animal (lácteos, carnes y pescados).

La vitamina C tiene una acción antioxidante, interviene en la formación de colágeno, huesos, dientes y glóbulos rojos, además de favorecer la absorción del hierro de los alimentos y aumentar la resistencia frente a las infecciones.

En cuanto a su contenido en minerales, el calabacín es una buena fuente de potasio, además de presentar pequeñas cantidades de magnesio, fósforo y hierro.

El potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal. Además, actúa en el equilibrio acuoso dentro y fuera de la célula. El magnesio juega un papel importante en la formación de huesos y dientes, se relaciona con el funcionamiento del intestino, nervios y músculos, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.

El calabacín presenta una pequeña cantidad de hierro, pero este mineral apenas se asimila en nuestro cuerpo en comparación con el hierro procedente de los alimentos de origen animal.

Esta hortaliza contiene además unas sustancias denominadas mucílagos que son un tipo de fibra que suaviza y desinflama las mucosas del aparato digestivo.

EN RELACIÓN CON LA SALUD

Exceso de peso

El calabacín es una hortaliza de bajo aporte calórico gracias a su alto contenido en agua. Además, contiene fibra que ejerce un efecto de saciedad. Por ello se considera un alimento idóneo en dietas de control de peso.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que, según el modo en que se preparen los calabacines, su contenido calórico puede variar de forma notable. Por ejemplo, sise fríe el calabacín en vez de hervirlo, asarlo o cocinarlo a la plancha, su valor calórico puede llegar a duplicarse porque es una hortaliza que tiene la capacidad de absorber gran cantidad de aceite.

Facilita las digestiones

El calabacín es una hortaliza que posee propiedades emolientes (suavizantes) sobre el aparato digestivo gracias a su contenido en mucílagos, un tipo de fibra que suaviza y desinflama las mucosas del aparato digestivo. Esta propiedad, unida al hecho de que resulta fácil de digerir y con un suave efecto laxante, le convierte en un alimento cuyo consumo se aconseja especialmente a aquellas personas con estómago delicado o problemas digestivos como gastritis o estreñimiento.

Efecto diurético

Los calabacines son alimentos ricos en potasio y pobres en sodio, lo que les confiere una acción diurética que favorece la eliminación del exceso de líquidos del organismo.

Son beneficiosos en caso de hipertensión, hiperuricemia y gota, cálculos renales, en caso de retención de líquidos u oliguria (producción escasa de orina).

Con el aumento de la producción de orina, se eliminan, además de líquidos, sustancias de desecho disueltas en ella como ácido úrico, urea, etc.

Regula la función intestinal

Su contenido de fibra le confiere propiedades laxantes. La fibra previene o mejora el estreñimiento, contribuye a reducir las tasas de colesterol en sangre y al buen control de la glucemia (niveles de azúcar en sangre) en las personas que tienen diabetes.

SUGERENCIAS PARA LOS PEQUEÑOS

El calabacín es un alimento que no resulta difícil de incluir en la alimentación de los niños, gracias a una textura y a un sabor muy suaves. Además, en algunas ocasiones su aspecto puede confundirse con el de la patata. Los purés y cremas de calabacín son platos suaves y fáciles de comer para los más pequeños. Por ello, representan un buen modo de acostumbrarlos al sabor de esta hortaliza. También se pueden cocinar rellenos con la carne del calabacín en la salsa del relleno, como ingrediente de sopas o añadidos a ensaladas templadas que contengan, por ejemplo, patata cocida con algún otro tipo de verdura, queso, etc. Un modo de conseguir que este alimento resulte más atractivo para los más pequeños es ofrecérselo en forma de pastel de calabacín, o bien añadir una salsa bechamel y gratinarlos con un poco de salsa de tomate y queso rallado.

CURIOSIDADES Y CÓMO PREPARARLO

Curiosidades

Además del fruto de la planta del calabacín, también se pueden consumir sus flores. Éstas pueden presentarse como acompañamiento de otros platos o constituir un plato por sí mismas. Se pueden preparar de formas muy diversas: cocidas, asadas, fritas o incluso rellenas.

Cómo prepararlo

El calabacín es una hortaliza que puede consumirse tanto cruda como cocida. Si se quiere consumir en crudo, se puede incluir en diversas ensaladas. No obstante, es más frecuente cocinarlo.

Si se va a cocinar, no es necesario pelarlo siempre que esté bien lavado. De este modo se aprovechan mejor todos los nutrientes que esta hortaliza presenta.

El calabacín es un alimento que admite un gran número de preparaciones culinarias.

Se puede servir cocido, rehogado, frito, salteado, asado o relleno. Si se va a consumir frito, hay que tener en cuenta que es conveniente secar un poco su carne antes de freírlo para evitar así que absorba una cantidad de aceite excesiva.

Las rodajas de calabacín rebozados o fritos sirven de acompañamiento delicioso a platos elaborados con carne o pescado; y por supuesto, pueden ser el ingrediente principal de purés, cremas, pistos y tortillas.

ALGUNAS RECETAS

Ensalada de patatas y calabacín

Ingredientes

-500 gr de patatas nuevas
- 250 gr de calabacín cortado en rodajas
- Cuatro cucharadas de aceite
- Ralladura de una naranja
- 1 cucharada de vinagre de vino
- Medio vaso de zumo de naranja
- 1 cucharada de perejil picado
- 1 cucharada de cebolleta picada
- Sal y pimienta negra

Cómo se prepara

Limpiar las gambas y el bonito.

Hacer un caldo con las cáscaras de las gambas, la piel y las espinas del bonito.

Cortar el calabacín en lonchas longitudinales y cocinar a la plancha. Reservar.

Limpiar las setas, cortarlas y sofreírlas ligeramente.

Añadir al sofrito de setas, el bonito y las gambas.

Hacer una velouté con la cebolla cortada y pochada en aceite, un poco de harina, el caldo de las cabezas de las gambas y el bonito.

Añadir la velouté al relleno y ya está listo para montar.

Forrar el interior de una flanera colocando las lonchas de calabacín y añadir el relleno

Cerrar el molde.

Calentar al horno fuerte y acompañar de una salsa de tomate.

Bizcocho de calabazin y almendras

Ingredientes:

100 g. almendra molida
230g. de calabacin con piel
3 huevos
180 g. de harina integral
70 g. aceite de girasol
50 g. de pasas
1 sobre de levadura
2 cucharadas de edulcorante
piel de 1 limon
1 cucharadita bien llena de canela
un pizco de sal

se trituran las almendras,
y se tritura el calabacin con piel
se baten los huevos,se echa el edulcorante,aceite,canela,
sal,el calabacin triturado,las almendras molidas,y las pasas,
se pone todo mezclado en la cubeta,con la pala
y se echa la harina y la levadura,se mezcla un poco,
y se pone el programa 50, 1hora y 5 minutos
y cuando termina se deja 10 minutos de reposo

Cazuelitas de calabacín con bacon, queso y tomate gratinadas

Ingredientes
1 calabacín grande
2 tomates
queso en lonchas
bacon en lonchas
orégano
queso rallado para gratinar (mozzarela, parmesano...)

Modo de preparacion:En cazuelas de barro individuales vamos intercalando las rodajas de calabacín, tomate, una loncha de queso y otra de bacon, cortadas estas últimas del tamaño de las rodajas de berenjena y del tomate, haciendo círculos concéntricos.

Espolvoreamos con el queso rallado y el orégano por encima y metemos al microondas unos 15 minutos a máx. potencia.

Si tenemos grill, gratinaremos unos 2-3 min.

Delicias de Calabacín y Bacalao

Ingredientes
1 pimiento rojo
2 pimientos verdes
2 cebollas
2 calabacines
400gr de bacalao desalado
50 gr harina
1 huevo
aceite de oliva
sal
salsa de tomate

Preparación

Se pica la cebolla y los pimientos finamente, y se rehogan a fuego lento con aceite de oliva y una pizca de sal. Mientras tanto, cortamos el calabacín a finas lonchas y a lo largo y después de sazonarlos lo pasamos por harina y huevo batido y los freímos en aceite bien caliente. Cuando estén dorados por los dos lados, los sacamos y reservamos.

Cortamos el bacalao en taquitos y cuando esté la verdura pochada lo añadimos y que se haga todo junto durante 5 ó 6 minutos. En una fuente dispondremos las láminas de calabacín en el fondo del plato y cubriremos con la fritada y el bacalao, volvemos a cubrir con otra lámina de calabacín y acompañamos con salsa de tomate.

Pastel de calabacín

Ingredientes:

1 calabacín
1/2 cebolla
3 huevos
150 ml de nata líquida
queso rallado
sal y pimienta

Preparación:

Freir el calabacín y la cebolla hasta que estén tiernos.
Batir en un bol los huevos, añadir la nata, la sal y pimienta al gusto y el queso rallado. Mezclar bien.
Añadir el calabacín y la cebolla y volver a mezclar todo.
Precalentar el horno a 180º
Engrasar una fuente para horno y verter la mezcla.
Hornear durante 30-40 minutos, hasta que esté dorado por arriba.

Cestitas de jamón, setas y calabazín

Ingredientes (para 4 cestitas):

-250 grs. de harina de trigo.

-150 ml. de agua.

-15 grs. de levadura fresca.

-1 cucharadita de azúcar.

-1 cucharadita de sal.

-4 cucharadas de aceite de oliva virgen.

-15 grs. de mantequilla.

-1/4 de calabacín.

-2-3 lonchas de jamón serrano.

-15 grs de boletus edulis desecados (ó 4-6 setas frescas, como champiñones, seta de cardo, shiitakes…).

-6 echalotes (o 1 cebolla grande).

-1 huevo.

-150 ml de nata liquida.

-1 cucharada de albahaca fresca picada.

-Pimienta negra recién molida.

Como

1. Pon en un cuenco el agua, el aceite y el azúcar y desmenuza la levadura en él. Remueve hasta que la levadura y el azúcar se disuelvan y deja reposar a temperatura ambiente, tapado con un paño limpio y húmedo, hasta que se formen burbujas en la superficie del líquido.

Mientras “leva”, pon en otro bol las setas cubiertas con agua tibia (si las empléas secas). Tamiza la harina y la sal con un colador de malla sobre un bol grande, y haz un hueco en el centro.

2. Vierte la mezcla de la levadura en el centro de la harina de poco en poco, batiendo constantemente la mezcla con una cuchara de madera o una espátula de repostería para que se vaya humedeciendo por igual. Limpia bien las paredes del bol y amasa hasta formar una bola resistente.

Tapa con un paño húmedo y deja que fermente un poco a temperatura ambiente (el tiempo que te tome preparar el relleno).

3. Pon en una cacerola la mantequilla a fuego medio y, cuando esté caliente, añade las setas escurridas y troceadas, los echalotes y el calabacín picados en pequeños cuadrados. Saltéa de vez en cuando durante unos 7-8 minutos para que las verduras queden bien cocinadas.

Añade entonces el jamón en taquitos y saltéa un par de minutos más. Seguramente no será necesario añadir sal al relleno, pero pruébalo para asegurarte.

4. Precalienta el horno a 210º y deja enfriando el relleno mientras preparas las cestitas. Para ello te harán falta 4 moldes: pequeñas salseras orientales de porcelana, moldes de silicona o, simplemente, latas de conserva limpias y forradas con papel parafinado.

Divide la masa en 4 partes iguales y extiende cada una con un rodillo enharinado, sobre una superficie lisa y enharinada hasta formar rectángulos de 2-3 mm de espesor, lo suficientemente amplios para que cubran el fondo y las paredes de los moldes (no está de más engrasarlos con una gota de aceite). Pinta la pasta con el huevo batido y un pincel (también te servirá de “pegamento” si quieres añadir detalles a las cestitas, como asas o pequeñas barritas de pan hechas con los recortes).

5. Mete las cestitas en una bandeja para horno, separadas entre si para que no se peguen y hornéalas entre 15 y 20 minutos, hasta que queden firmes, doradas y se puedan desmoldar.

Mezcla el resto del huevo con la nata y vierte un poco en cada cestita (digamos hasta un poco menos de la mitad de la capacidad total). Monta un par de cucharadas del relleno en cada una de las cestitas y vuelve a introducir al horno durante unos 10 minutos, vigilando los 5 últimos para que no se quemen.

Sirvelas en seguida, recién espolvoreadas con la pimienta y la albahaca, acompañados de ensaladita!